( Acuerdense que esta no es mi introducción definitiva )
(A estas alturas de la lectura tal vez ya se habrán aburrido sobre esta historia. Prometo que pone más interesante. Además entiendan que debo hacerlo para que quede por la eternidad y para que los Productores 1 y 2 (papá y mamá) entiendan porque tardó tanto en ver la luz este proyecto)
Mi padre cuando estaba pequeño me llevó siempre al teatro. Los domingos fuimos al teatro a ver las funciones del Otoño Cultural, dirigido el ICY en ese entonces por Jorge Esma Bazan. Así que me pareció maravilloso que hubiera un programa del gobierno se dedicara hacer lo que los papás de otros niños no hacen y que mi papá si hizo .
También hay un interés en este trabajo que toca una delgada línea entre el bien y el mal. Resulta que si hacemos bien nuestro trabajo de acercar a los niños al teatro y estos deciden asistir continuamente, se construirá un hábito de por vida. Lo que significa que este niño cuando crezca y sea adulto, podría, tal vez, y no digo que lo haga, pagar su boleto al teatro. Así un niño, y otro, y otro, hasta que finalmente se pueda mantener a la comunidad teatral por el ingreso a taquilla (y dejar de depender de la becas) y ese punto me beneficiará a mí en un futuro. Las becas NO ESTÁN MAL, pero como teatristas debemos de prescindir de las becas, porque si el teatro no se llena es porque no le estamos llegando a la gente. Pero bueno esa es disertación de otro costal.
Así que hable con el director del teatro del ICY, con el Sub Coordinador de enlace en los estados de la coordinación nacional de teatro del INBA y con la maestra Raquel Araujo y estuvieron de acuerdo en que realizara mi trabajo.
Empecé a realizar las entrevistas para saber más del teatro escolar aunque no sabía todavía bien a bien a donde enfocarme. Digo, estaba recopilando información. Sabía que tenía que ser el público, pero sería algo de dimensiones épicas andar repartiendo encuestas de salida. Afortunadamente la influenza A H1N1 me libero de este problema de andar recogiendo encuestas, pues cerraron los teatros desde abril hasta el mes de octubre del 2009. Para eso ya había corrido año y medio desde que fue mi fiesta de graduación, y aunque el intercambio me atrasó un año ya era mucho tiempo en la carrera. Así que lo que tenía al final de 2009 eran mis entrevistas con algunos integrantes, mi experiencia en la oficina de la dirección de teatro gracias a mi materia de formación en la práctica, algunos textos de consumo cultural, y la incertidumbre realización de las funciones pendientes para público escolar.
(A estas alturas de la lectura tal vez ya se habrán aburrido sobre esta historia. Prometo que pone más interesante. Además entiendan que debo hacerlo para que quede por la eternidad y para que los Productores 1 y 2 (papá y mamá) entiendan porque tardó tanto en ver la luz este proyecto)
Mi padre cuando estaba pequeño me llevó siempre al teatro. Los domingos fuimos al teatro a ver las funciones del Otoño Cultural, dirigido el ICY en ese entonces por Jorge Esma Bazan. Así que me pareció maravilloso que hubiera un programa del gobierno se dedicara hacer lo que los papás de otros niños no hacen y que mi papá si hizo .
También hay un interés en este trabajo que toca una delgada línea entre el bien y el mal. Resulta que si hacemos bien nuestro trabajo de acercar a los niños al teatro y estos deciden asistir continuamente, se construirá un hábito de por vida. Lo que significa que este niño cuando crezca y sea adulto, podría, tal vez, y no digo que lo haga, pagar su boleto al teatro. Así un niño, y otro, y otro, hasta que finalmente se pueda mantener a la comunidad teatral por el ingreso a taquilla (y dejar de depender de la becas) y ese punto me beneficiará a mí en un futuro. Las becas NO ESTÁN MAL, pero como teatristas debemos de prescindir de las becas, porque si el teatro no se llena es porque no le estamos llegando a la gente. Pero bueno esa es disertación de otro costal.
Así que hable con el director del teatro del ICY, con el Sub Coordinador de enlace en los estados de la coordinación nacional de teatro del INBA y con la maestra Raquel Araujo y estuvieron de acuerdo en que realizara mi trabajo.
Empecé a realizar las entrevistas para saber más del teatro escolar aunque no sabía todavía bien a bien a donde enfocarme. Digo, estaba recopilando información. Sabía que tenía que ser el público, pero sería algo de dimensiones épicas andar repartiendo encuestas de salida. Afortunadamente la influenza A H1N1 me libero de este problema de andar recogiendo encuestas, pues cerraron los teatros desde abril hasta el mes de octubre del 2009. Para eso ya había corrido año y medio desde que fue mi fiesta de graduación, y aunque el intercambio me atrasó un año ya era mucho tiempo en la carrera. Así que lo que tenía al final de 2009 eran mis entrevistas con algunos integrantes, mi experiencia en la oficina de la dirección de teatro gracias a mi materia de formación en la práctica, algunos textos de consumo cultural, y la incertidumbre realización de las funciones pendientes para público escolar.
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